Microgramas de Robert Walser
Para a Cris,
Lapicerías geniales
En una carta de 1927, Robert Walser mencionó haber padecido tiempo atrás un "tedio de la pluma" que le indujo a cambiar de material de escritura y servirse del lápiz y de todo tipo de papel: hojas de calendario, avisos de cobro, sobres, galeradas, recibos, incluso el margen de los periódicos.
La inquebrantable ingenuidad
Walser es el más extraño de los escritores, pero su extrañeza no es sombría. Lo asombroso, lo que resulta extraordinario en Walser es que vivía sus fantasías poéticas, como el resto de la humanidad vive sus ambiciones, o dicho de un modo más taxativo: nunca perdió la ingenuidad. Una ingenuidad que no tiene nada de ignorancia o de inconsciencia. Oskar Loerke, uno de los pocos críticos que saludó fervorosamente sus libros, logró una definición exacta del carácter de Walser: "Su ingenuidad es tan espontánea que después de ser destruida por la conciencia, se presenta tan segura e incólume como si fuera natural".
El País| Babelia | 19 de Novembro de 2005.
3 Comments:
obrigada Lídia :)
de nada :-)
excelente escolha.
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